Progreso implica volverse culto y educado

Camino a la felicidad

24.04.2013 18:03

 

Camino a la Felicidad.
 
Cada uno de nosotros está buscando la felicidad, pero nosotros no sabemos lo que es verdadera felicidad. Vemos muchos anuncios referidos a la felicidad, pero prácticamente hablando, vemos muy poca gente feliz. Esto es debido a que muy poca gente sabe que la plataforma de la verdadera felicidad está más allá de las cosas temporales. Es esta verdadera felicidad la que el Señor Kṛṣṇa le describe a Arjuna en El Bhagavad-gītā.

La felicidad se percibe generalmente a través de nuestros sentidos. Una piedra, por ejemplo, no tiene sentidos y no puede percibir la felicidad ni la aflicción. La conciencia desarrollada puede percibir la felicidad y la aflicción más intensamente que la conciencia no desarrollada. Los árboles tienen conciencia, pero no está desarrollada. Los árboles pueden estar de pie por un largo tiempo en todo tipo de climas, pero ellos no tienen forma de percibir los sufrimientos. Si a un ser humano se le pidiera que se quede parado como un árbol por solamente tres días, o incluso menos, él no sería capaz de tolerarlo. La conclusión es que todo ser viviente percibe la felicidad o la aflicción de acuerdo con el grado de desarrollo de su conciencia.

La felicidad que nosotros estamos experimentando en el mundo material no es verdadera felicidad. Si uno le pregunta a un árbol: “¿Eres feliz?”, el árbol, si pudiese, diría: “Sí, yo soy feliz, estando aquí parado todo el año. Yo estoy disfrutando mucho del viento y de la caída de la nieve, etc.”. Esto puede que sea disfrutado por el árbol, pero para el ser humano es un nivel muy bajo de disfrute. Existen diferentes tipos y clases de entidades vivientes, y sus conceptos y percepciones de la felicidad son también de diferentes tipos y clases. Aunque un animal puede ver que otro animal está siendo sacrificado, él continuará masticando pasto, porque no tiene conocimiento para comprender que él puede ser el próximo. Él piensa que es feliz, pero al momento siguiente puede ser sacrificado.
De esta manera, existen diferentes grados de felicidad, pero de entre todas ellas, ¿cuál es la felicidad más elevada? Śrī  Kṛṣṇa le dice a Arjuna:


 
sukham ātyantikaṁ yat tad
buddhi-grāhyam atīndriyam
vetti yatra na caivāyaṁ
sthitaś calati tattvataḥ

“En ese estado jubiloso (samādhi), uno se sitúa en medio de una felicidad trascendental ilimitada, que se llega a experimentar a través de los sentidos trascendentales. Establecido así, uno nunca se aparta de la verdad”. (Bg. 6.21)

Buddhi significa inteligencia; uno tiene que ser inteligente si quiere disfrutar. Los animales no poseen una inteligencia realmente desarrollada, y por eso no pueden disfrutar de la vida como lo puede un ser humano. Las manos, la nariz, los ojos, los otros órganos de los sentidos y todas las partes corporales puede que estén presentes en un hombre muerto, pero él no puede disfrutar. ¿Por qué no? La energía disfrutadora, la chispa espiritual, se ha ido, y por lo tanto el cuerpo no tiene energía. Si uno busca más en la materia con un poquito de inteligencia, podrá comprender no era en absoluto el cuerpo el que estaba disfrutando, sino la chispa espiritual que estaba dentro. Aunque uno pueda pensar que está disfrutando mediante los órganos sensoriales corporales, el verdadero disfrutador es esa chispa espiritual. Esa chispa siempre tiene la potencia de disfrute, pero no siempre está manifiesta, debido a estar cubierta por el tabernáculo material. Aunque puede que nosotros no estemos conscientes de eso, al cuerpo no le es posible experimentar el disfrute sin la presencia de esta chispa espiritual. Si a un hombre se le ofrece el cuerpo muerto de una hermosa mujer, ¿lo aceptará? No, debido a que la chispa espiritual ha salido del cuerpo. No solamente ella estaba disfrutando dentro del cuerpo, sino que también estaba manteniendo al cuerpo. Cuando esa chispa se va, el cuerpo simplemente se deteriora.

Entonces, si el espíritu está disfrutando, él también debe tener sus sentidos, de otro modo, ¿cómo puede disfrutar? Los Vedas confirman que el alma espiritual, aunque de tamaño atómico, es el verdadero agente disfrutador. No es posible medir al alma, pero eso no quiere decir que no tenga medidas. Puede que un objeto nos parezca no más grande que un punto, y puede que nos parezca que no tiene largo o ancho, pero cuando lo percibimos bajo un microscopio, podemos ver que tiene tanto largo como ancho. Similarmente, el alma también tiene sus dimensiones, pero nosotros no podemos percibirlas. Cuando compramos un traje o un vestido, está hecho para adaptarse al cuerpo. La chispa espiritual debe tener forma, de otro modo ¿cómo es que el cuerpo material ha crecido para alojarla? La conclusión es que la chispa espiritual no es impersonal. Es una persona real. Dios es una persona real, y la chispa espiritual, siendo una parte fragmentaria de Él, también es una persona. Si el padre tiene personalidad e individualidad, el hijo también las tiene. Y si el hijo las tiene, podemos concluir que el padre las tiene. Así que, ¿cómo podemos nosotros, como hijos de Dios, afirmar nuestra personalidad e individualidad y al mismo tiempo negárselas a nuestro padre, el Señor Supremo?

Atīndryam significa que nosotros tenemos que trascender estos sentidos materiales antes de que podamos apreciar la verdadera felicidad. Ramante yogino ’nante satyānanda-cid-ātmani: los yogīs que están anhelando la vida espiritual también están experimentando placer al concentrarse en la Superalma. Si no hay placer, si no hay disfrute, ¿qué sentido tiene exponerse a tantos problemas para controlar los sentidos? ¿Qué clase de placer están experimentando los yogīs si ellos están experimentando tantos problemas? Ese placer es ananta —interminable. ¿Cómo es esto? El alma espiritual es eterna, y el Señor Supremo es eterno; por lo tanto, la reciprocidad de sus intercambios amorosos es eterna. Quien es verdaderamente inteligente se restringirá del fluctuante disfrute sensorial de este cuerpo material y asegurará su disfrute en la vida espiritual. Su participación en la vida espiritual con el Señor Supremo es denominada rāsa-līlā.

Nosotros hemos escuchado a menudo acerca del rāsa-līlā de Kṛṣṇa con las pastorcillas de vacas en Vṛndāvana. Esto no es como los intercambios ordinarios que ocurren entre estos cuerpos materiales. Más bien es un intercambio de sentimientos a través de cuerpos espirituales. Uno tiene que ser un poco inteligente para comprender esto, porque un hombre tonto, que no puede comprender lo que es la verdadera felicidad, busca la felicidad en este mundo material. En india hay una historia de un hombre que no sabía lo que era el azúcar de caña, y a él le fue dicho que era muy dulce al masticarla. “¿A qué se asemeja”, él preguntó. “Se asemeja a una caña de bambú”, dijo alguien. Entonces el hombre tonto comenzó a masticar todo tipo de cañas de bambú. ¿Cómo puede él comenzar a experimentar la dulzura del azúcar de caña? Similarmente, nosotros estamos tratando de conseguir felicidad y placer, pero tratamos de hacerlo masticando este cuerpo material, por lo tanto no hay ni felicidad ni placer. Puede que momentáneamente haya algún pequeño sentimiento de placer, pero eso no es verdadero placer, porque es temporal. Es como una representación de relámpagos que podemos ver relampaguear en el cielo y que puede que momentáneamente parezca como relámpagos, pero el verdadero relampaguear está más allá de eso. Debido a que una persona no sabe realmente lo que es la felicidad, él se desvía de la verdadera felicidad.

El proceso de establecerse uno mismo es este proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Mediante la conciencia de Kṛṣṇa nosotros podemos desarrollar gradualmente nuestra verdadera inteligencia y disfrutar naturalmente saboreando la felicidad espiritual mientras hacemos progreso espiritual. A medida que comenzamos a gustar la felicidad espiritual, abandonamos proporcionalmente la felicidad material. En la medida en que progresamos en la comprensión de la Verdad Absoluta, naturalmente nos desapegamos de esta falsa felicidad. Si de una u otra manera uno es promovido a ese estado de conciencia de Kṛṣṇa, ¿cuál es el resultado?


 
yaṁ labdhvā cāparaṁ lābhaṁ
manyate nādhikaṁ tataḥ
yasmin sthito na duḥkhena
guruṇāpi vicālyate

“Al conseguir esto, piensa que no hay nada mejor. Al uno situarse en esa posición nunca se desconcierta, ni siquiera en medio de la mayor de las dificultades”. (Bg. 6.22)

Cuando uno alcanza ese estado, otros logros parecen insignificantes. En este mundo material nosotros estamos tratando de obtener muchas cosas —riquezas, mujeres, fama, belleza, conocimiento, etc.— pero tan pronto como nos situamos en conciencia de Kṛṣṇa, pensamos: “Oh, ningún otro logro es mejor que este”. La conciencia de Kṛṣṇa es tan potente que un pequeño gusto puede salvarlo a uno del mayor peligro. En cuanto uno comienza a saborear el gusto de la conciencia de Kṛṣṇa, él comienza a ver los otros supuestos disfrutes y logros como monótonos y desabridos. Y si uno está situado firmemente en la conciencia de Kṛṣṇa, el más grande los peligros no lo puede disturbar. Existen muchos peligros en la vida, debido a que el mundo material es un lugar de peligro. Nosotros tendemos a cerrar nuestros ojos ante esto, y debido a que somos tontos, tratamos de adaptarnos a estos peligros. Puede que nosotros tengamos muchos momentos peligrosos en nuestras vidas, pero si nos entrenamos en la conciencia de Kṛṣṇa y nos preparamos para ir de vuelta a casa, de vuelta a Dios, ya no nos preocuparemos por ellos. Nuestra actitud será entonces: “Los peligros vienen y van —así que dejemos que ocurran”. Es muy difícil hacer este tipo de ajuste mientras uno esté en la plataforma materialista y esté identificado con el cuerpo burdo, el cual está compuesto de elementos perecederos. Pero cuanto más uno avanza en la conciencia de Kṛṣṇa, más uno se libera de las designaciones corporales y de este enredo material.

En El Śrīmad-Bhagāvatam al mundo material se lo compara con un gran océano. Dentro de este universo material existen millones y millones de planetas flotando en el espacio, y nosotros apenas podemos imaginarnos cómo muchos océanos Atlánticos y Pacíficos existen ahí. En realidad, todo el universo material es comparado a un gran océano de sufrimientos, un océano de nacimiento y muerte. Para cruzar este gran océano de nescencia se necesita un bote fuerte, y ese bote fuerte son los pies de loto de Kṛṣṇa. Nosotros debemos abordar inmediatamente ese bote. No debemos dudar, pensando que los pies de Kṛṣṇa son muy pequeños. Todo el universo está descansando sobre su pierna. Para quien toma refugio en Sus pies, se dice que el universo material no es más significativo que un charco de agua que se encuentra en la huella de un ternero. Ciertamente que no existe dificultad en cruzar tal pequeño charco.


 
taṁ vidyād duḥkha-saṁyoga-
viyogaṁ yoga-saṁjñitam

 

“Esto es en verdad estar libre de hecho de todos los sufrimientos que surgen del contacto material”. (Bg. 6.23)

Nosotros estamos enredados en este mundo material debido a los sentidos descontrolados. El proceso de yoga está destinado para controlar esos sentidos. Si de alguna manera podemos controlar los sentidos, podremos dar la cara a la verdadera felicidad espiritual y hacer que nuestras vidas sean exitosas.


 
sa nicayena yoktavyo
yogo ’nirviṇṇa-cetasā
saṅkalpa-prabhavān kāmāṁs
tyaktvā sarvān aśeṣataḥ
manasaivendriya-grāmaṁ
viniyamya samantataḥ
śanaiḥ śanair uparamed
buddhyā dhṛti-gṛhītayā
ātma-saṁsthaṁ manaḥ kṛtvā
na kiñcid api cintayet
yato yato niścalati
manaś cañcalam asthiram
tatas tato niyamyaitad
ātmany eva vaśaṁ nayet


 
“Uno debe dedicarse a la práctica del yoga con determinación y fe, y no dejarse apartar de la senda. Uno debe abandonar, sin excepción, todos los deseos materiales nacidos de especulaciones mentales, y de ese modo controlar con la mente todos los sentidos, por todas partes. Gradualmente, paso a paso, uno debe ponerse en trance mediante la inteligencia sostenida por una convicción total, y, de ese modo, la mente debe estar fija sólo en el ser, y no debe pensar en nada más. De lo que sea y de dondequiera en que la mente deambule debido a su naturaleza vacilante e inestable, uno debe sin duda apartarla y ponerla de nuevo bajo el control del yo”. (Bg. 6.24-26)

La mente está siempre disturbada. A veces va de esta manera y a veces va de esta otra manera. Mediante la práctica del yoga nosotros literalmente arrastramos la mente a la conciencia de Kṛṣṇa. La mente se descarría de la conciencia de Kṛṣṇa a muchos objetos exteriores debido a que desde tiempo inmemorial, vida tras vida, esa ha sido nuestra práctica. Debido a esto, puede que exista gran dificultad en el comienzo cuando uno trata de fijar su mente en la conciencia de Kṛṣṇa, pero todas estas dificultades pueden superarse.

Debido a que la mente está agitada y no está fija en Kṛṣṇa, ella va de un pensamiento a otro. Por ejemplo, cuando estamos trabajando, recuerdos de hechos que sucedieron diez, veinte, treinta o cuarenta años atrás, puede que repentinamente aparezcan en nuestra mente sin razón aparente. Estos pensamientos provienen de nuestro subconsciente, y debido a que ellos están siempre surgiendo, la mente está siempre agitada. Si nosotros agitamos un lago o un estanque, todo el barro del fondo llega a la superficie. De manera similar, cuando la mente está agitada, surgen del subconsciente muchos pensamientos que han estado almacenados ahí por años. Si nosotros no agitamos un estanque, el barro se asentará en el fondo. Este proceso de yoga es el medio para aquietar la mente y permitir a todos estos pensamientos que se asienten. Por esta razón existen tantas reglas y regulaciones a ser seguidas para hacer que la mente no se agite. Si nosotros seguimos las reglas y regulaciones, gradualmente la mente estará bajo control. Existen muchas prohibiciones y muchas obligaciones, y si uno es serio en cuanto a entrenar la mente, uno tiene que seguirlas. Si uno actúa caprichosamente, ¿cuál es la posibilidad de que la mente se vuelva controlada? Cuando la mente está finalmente entrenada al grado que no pensará en otra cosa que en Kṛṣṇa, alcanzará la paz y se volverá muy tranquila.


 
praśānta-manasaṁ hy enaṁ
yoginaṁ sukham uttamam
upaiti śānta-rajasaṁ
brahma-bhūtam akalmaṣam

“El yogī cuya mente está fija en Mí, logra en verdad la máxima perfección de la felicidad trascendental. Él está más allá de la modalidad de la pasión, comprende su identidad cualitativa con el Supremo, y, en consecuencia, está libre de todas las reacciones de las acciones pasadas”. (Bg. 6.27)

La mente siempre está imaginando objetos para la felicidad. Yo estoy siempre pensando “Esto me hará feliz”, o “Aquello me hará feliz. La felicidad está aquí. La felicidad está allá”. De esta manera la mente nos está llevando a cualquier parte y a todas partes. Es como si estuviéramos viajando en una carroza tirada por un caballo desenfrenado. Nosotros no tenemos control de hacia dónde estamos yendo, sino que solamente podemos sentarnos asustados y observar desamparados. Tan pronto como la mente está ocupada en el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa —específicamente al cantar Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare— entonces los caballos salvajes de la mente gradualmente estarán bajo nuestro control. Nosotros debemos ocuparnos en el servicio de Kṛṣṇa en todo momento de nuestras vidas para hacer que la inquieta y turbulenta mente no nos arrastre de un objeto a otro en una vana búsqueda por la felicidad en el temporal mundo material.


 
yuñjann evaṁ sadātmānaṁ
yogī vigata-kalmaṣaḥ
sukhe na brahma-saṁsparśam
atyantaṁ sukham aśnute


 
“De ese modo, el yogī autocontrolado, dedicado constantemente a la práctica del yoga, se libra de toda contaminación material y alcanza la máxima etapa de la felicidad perfecta, en el servicio amoroso y trascendental que le presta al Señor”. (Bg. 6.28)

Kṛṣṇa sirve como un protector para quien está consagrado a Él. Cuando uno está en dificultades, su protector o salva. Como se afirma en El Bhagavad-gītā, Kṛṣṇa es el verdadero amigo de todas las entidades vivientes, y nosotros tenemos que revivir nuestra amistad con Él. El método para revivir esta amistad es el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa. Mediante la práctica de la conciencia de Kṛṣṇa, los deseos mundanos apasionados llegarán a detenerse. Estos deseos apasionados nos mantienen separados de Kṛṣṇa. Kṛṣṇa está dentro de nosotros y está esperando que nos volvamos hacia Él, pero nosotros estamos demasiado ocupados comiendo apasionadamente los frutos del árbol del deseo material. Este impulso apasionado por disfrutar estos frutos debe detenerse, y nosotros debemos situarnos en nuestra verdadera identidad como Brahman —espíritu puro. 1
 


 
 
1. En el camino a Kṛṣṇa. Capítulo 1. S.D.G. A.C. Bakthivedhanta Swami Prabhupāda. BBT.1996  

 


 


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